tuertos mis pies caminan por el suelo
que frio esconde las raices de mi alma
que roto esta mi motor que desencajado
que ciegos van mis oidos a mis labios
cuando estoy solo y contigo con ellos
y siempre solo en el prado del silencio
de los gritos callados y susurros que se pierden
entre el viento que me va llenando dentro
que roto veo todos los espejos que pequeño queda el retrato
que yo sigo envejeciendo mientras el guarda todos mis recuerdos
de los que llevamos el traje del cordero en piel de lobo
y somos hienas alimentados de nuestra misma sangre
de nuestro propio cuerpo que me voy que me he ido
que me pierdo por el bosque y no me encuentro
que tengo miedo que no soy valiente que se acaba la tierra
y con ella mi tronco se debilita se apaga
entre el vacio que dejo y lo que dejo vacio.
