donde se apagan los renglones que teje el aire de mi camisa,
dejando frio, entre los invadidos huecos hechos en mi piel.
Lluvia; que lejana llega entre los susurros de mi almohada,
cicatrices de arena que rodean la candidez de mis pies
y ardidos campos de batalla entre mi alma y mi sueño.
Que no se, cuando acabara mi febril enfermedad;
que no se cuando dejare el espacio vacio que me llena
lo que con mis dedos, poso en mi, mi tristeza.